La población LGBTIQ+ es un colectivo amplio y diverso que engloba a personas lesbianas, gais, bisexuales, transgénero, intersexuales, queer, además de otras identidades y expresiones de género y sexualidad diversas que históricamente han sido marginadas. A lo largo de la historia, estas personas han enfrentado sistemáticamente discriminación, exclusión y violencias estructurales. Estas barreras han limitado significativamente el pleno ejercicio de sus derechos en esferas fundamentales como la vida social, educativa, laboral, política y cultural. La persistencia de la estigmatización y los prejuicios ha dificultado su desarrollo integral y libre.

Este colectivo reivindica el derecho esencial a la igualdad y la dignidad humana, luchando por el reconocimiento legal y social de su identidad y la posibilidad de desarrollarse libremente sin temor al juicio o al maltrato. La diversidad sexual y de género es, intrínsecamente, parte de la riqueza social de cualquier nación. Reconocer y valorar esta diversidad implica un compromiso ineludible de la sociedad y el Estado para garantizar que ninguna persona sea tratada de manera desigual o injusta debido a su orientación sexual, identidad o expresión de género.

Hoy en día, el foco está puesto en promover que las personas LGBTIQ+ gocen de condiciones reales de inclusión, respeto y participación equitativa en todos los ámbitos de la vida social. Esto exige una acción decidida: eliminar las barreras físicas y actitudinales, transformar las prácticas discriminatorias arraigadas y asegurar el acceso equitativo a oportunidades vitales de empleabilidad y empleo. El objetivo es construir sociedades donde cada persona pueda vivir con libertad y seguridad, siendo plenamente reconocida en su identidad y valorada por sus capacidades y aportes al mercado laboral.